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07 July, 2022 | Novedades

Guía rápida para el uso del color en un proyecto de Interiorismo

En un proyecto de Interiorismo, la elección del color no es solo un factor estético sino también funcional. En este artículo veremos cómo es posible transformar un ambiente gracias al uso correcto del color.

La elección del color, además de ser una elección estética basada en la preferencia de un tono u otro, también puede ser una forma de jugar hábilmente con las características de la estancia, como por ejemplo su tamaño u orientación, pero también la función a la que está destinado.

Los colores cambian el tamaño de una habitación

Empecemos con el tamaño de la habitación. Partimos del concepto de que, en general, las paredes de colores claros tienden a agrandar el espacio, creando un efecto de mayor amplitud, mientras que las paredes de colores oscuros crean un espacio más envolvente, visualmente menos ancho y más recogido. Conocer el «efecto óptico» que pueden tener los colores es importante para elegirlos conscientemente y poder considerar las distintas combinaciones para obtener el resultado que más nos guste y darle más valor a la habitación que estamos diseñando.

A continuación vemos algunos ejemplos de combinaciones de colores:

Analicemos algunos de estos ejemplos. En la primera imagen vemos como pintar todas las paredes de blanco hace que la estancia sea más grande y espaciosa. En cambio, elegir pintar la pared del fondo de una habitación con un color que no sea blanco puede tener diferentes efectos: si el color es un tono frío la pared parecerá más lejana, si es un tono cálido parecerá más próxima. Usar un color oscuro y cálido en las paredes dará la impresión de estar en una habitación más pequeña, envolvente e íntima, si en cambio elegimos colores más suaves, quizás tonos pastel claro, parecerá una habitación más espaciosa y grande. Es bueno conocer estos «efectos ópticos» para no caer en errores graves que nos puedan llevar a no aprovechar al máximo el espacio que estamos diseñando.

Elige los colores según la luminosidad de la estancia

Otro factor muy importante a tener en cuenta es la luminosidad de la habitación y su orientación. Hay que tener en cuenta que la calidad de la luz no siempre es constante, varía durante las horas del día y durante las estaciones del año y estos cambios afectan a la percepción del color que hemos elegido para nuestras paredes. Intentemos, por tanto, partir de la orientación de la estancia teniendo en cuenta si la habitación está orientada al norte, sur, este, oeste.

En habitaciones que tengan una orientación norte, la luz siempre tendrá tendencia a los tonos fríos, por lo que sería bueno evitar colores que tengan un trasfondo frío, con tendencia al verde o al gris. Por tanto, podríamos optar por colores de tonos cálidos, quizás en tonos más claros, para poder atraer la mayor cantidad de luz posible. También puedes optar por tonalidades ligeramente más oscuras, pero siempre con tonos cálidos, para hacer más envolvente el ambiente y obtener una mayor sensación de confort.

En las habitaciones orientadas al sur, en cambio, no tenemos problemas con la iluminación natural, ya que la luz que entra por las aperturas es cálida durante todo el día y esto facilita mucho la elección de la paleta. Por tanto, tenemos la oportunidad de jugar con los tonos claros, pastel, para aprovechar al máximo la cantidad de luz natural y hacer que la estancia sea aún más luminosa.

Si, por el contrario, tenemos que decorar las paredes de una estancia orientada al este o al oeste, es recomendable pensar en el uso que se le va a dar a la estancia. Para este tipo de orientaciones, debemos tener en cuenta que en el este la luz será más cálida y fuerte por la mañana y menos intensa y un poco más fría por la tarde y viceversa para la orientación al oeste.

Evidentemente, junto a la luz natural, también debemos tener en cuenta las fuentes de luz artificial y, a continuación, elegir, en función del efecto frío o cálido que queramos conseguir, el tipo de iluminación más adecuada. Las luces halógenas e incandescentes emiten una luz amarilla y, por tanto, harán que los colores parezcan más cálidos, por el contrario, una luz más fría hará que los tonos más fríos destaquen y se potencien.

Estas premisas, sobre las dimensiones del espacio en el que nos movemos, la orientación y la luminosidad, son consideraciones básicas que hay que hacer antes de pensar en los gustos personales, ya que pueden ser determinantes en el éxito del proyecto e incidir en el efecto final de hacer que el ambiente más o menos agradable para vivir.

Ten en cuenta los otros elementos de decoración de la habitación

Llegados a este punto, también podemos considerar los elementos que ya están presentes en la estancia, o que nos gustaría utilizar como los muebles, enseres, acabados de suelos, etc. De hecho, a partir de estos, es bueno elegir el color principal dominante, con el que coordinar las partes restantes.

Un ejemplo que vemos amenudo es elegir un color fuerte para las paredes y combinar los accesorios, puertas y ventanas, con colores más neutros. Esto permite aportar facilmente elegancia al ambiente. Si hay boiseries, una idea sería resaltarlas con un color diferente al de las paredes. También podríamos jugar con los colores para crear un efecto óptico particular. Por ejemplo, eligiendo un color más oscuro para las boiseries y dejando un tono más claro en las paredes y el techo, podríamos crear la ilusión de tener una habitación con un techo más alto. También podríamos pintar la boiserie y el techo en el mismo tono claro y elegir un tono más fuerte y contundente para las paredes.

Por último, no olvidemos crear acentos de color con los accesorios. Esto nos permitirá dar un aspecto más dinámico y alegre incluso a los ambientes más formales y austeros, y es posible hacerlo quizás eligiendo cojines o decoración para la habitación, incluso cuadros o pequeños adornos.

Como combinar los colores correctamente entre sí

La combinación óptima de colores nunca se da por sentada, pero incluso en este caso podemos empezar desde lo básico. Por ejemplo, elegir tono sobre tono es siempre una solución válida. Sin arriesgar mucho, el tono sobre tono permite jugar con los matices para crear un interior más vivaz manteniento una gama cromática coherente. También podemos optar por colores complementarios que permiten crear un centro de atención con mucha personalidad, esta solución es ideal para un espacio divertido y enérgico. El consejo es mantenerse dentro de una tríada de colores y usar sus matices para no correr el riesgo de obtener un efecto caótico.

En conclusión

En definitiva, de este breve artículo podemos extraer que, como siempre, las opciones son muchas y diferentes pero es importante conocer bien el espacio sobre el que estamos interviniendo para obtener el mejor resultado.

¿Qué solución prefieres? ¿Usas muchos colores en tus proyectos? ¡Comparte tus resultados con nosotros etiquetándonos en sus redes sociales para que todos juntos podamos obtener la mejor inspiración!

¡Hasta pronto y buen diseño a todos!